El movimiento de organizaciones cannábicas argentino consolidó su estatuto formal para constituir una red más grande de cara a la nueva industria. Reclaman participar en el Consejo Consultivo de la ARICCAME
Esta semana representantes de las organizaciones AUPAC (Rosario), Ciencia Sativa (Rio Negro), Acción Cannábica (Buenos Aires), Proyecto Cáñamo (Buenos Aires), Cogollos Córdoba (Córdoba) y Doing Canna (Buenos Aires) viajaron al barrio de Congreso para firmar el acta constitutiva y el estatuto de la Federación Argentina de Cannabis y Cáñamo (FACC) ante escribano público.
Se estima que hay más de 100 organizaciones cannábicas activas y unos 30 proyectos de cultivos aprobados en el Estado y privados. Estos datos reflejan el peso de la historia del movimiento cannábico. De forma consensuada, las organizaciones accedieron a responder las preguntas de Cannabica Argentina:
-¿Qué implica la constitución de la FACC?
Creemos que es una herramienta política de transformación con representatividad federal y diversidad de voces, que nos ayudará en la lucha cotidiana para garantizar la libertad y los derechos de la comunidad cannábica. La necesidad de una representación genuina ante las autoridades nacionales y de cara a la sociedad se volvió indispensable con los rápidos avances del marco normativo.
-¿Cuántas organizaciones participan de la Federación?
Somos 16 organizaciones de diferentes provincias, y desde hoy estamos recibiendo nuevas solicitudes de ingreso. Esperemos ser muchísimas organizaciones más en nuestra primera asamblea nacional.
-¿Qué esquema o modelo de funcionamiento y participación espera poder tener la Federación en la industria del cannabis y cáñamo?
Sabemos que el mayor “know how” está en el sector social, como podemos ser las ONGs y las cooperativas. Combinamos la atención de la salud, el abastecimiento a las personas en el marco del ReProCann, y un modelo productivo cooperativo que esperamos permita sacar a muchas personas de la clandestinidad y garantizar sus derechos laborales. Al vincularnos y colaborar a nivel federal, las fortalezas de cada una se potencian, y se promueve su desarrollo como economías regionales. Esta articulación es lo que destaca el modelo de la Federación.
-¿Cuál es la demanda que hoy cubren las organizaciones y cómo se sustentan? ¿Cómo se reconvierte ese espacio a partir de que entre en vigencia la nueva ley de industria?
La demanda que hoy cubrimos es enorme y nos auto-sustentamos. Ya trabajamos de forma cooperativa dentro de las organizaciones, cada persona tiene un rol, y en esta suerte de adecuación a la ley productiva se empiezan a consolidar como puestos de trabajo. En este sentido entendemos que corresponde a la Federación un lugar en el Consejo Consultivo de ARICCAME.
-¿Tiene Argentina la oportunidad de desarrollar una industria nacional diferente a los esquemas internacionales a partir del trabajo de las organizaciones?
Tenemos una oportunidad histórica como país productor de evitar repetir las malas experiencias de otros países. Podemos tener una industria nacional libre de hegemonías y corporaciones dominantes reconociendo a un sector cannabicultor preexistente, federal y organizado; necesitamos urgente un marco regulatorio atractivo para cooperativas y pequeños productores, que priorice las pequeñas economías regionales y esté orientado a reparar los daños históricos a las poblaciones más afectadas por la prohibición.
La oportunidad es ahora, en la reglamentación de la ley. Sabemos que hay muchos intereses en juego y algunos sectores están muy bien representados. Ahí el trabajo de las organizaciones a través de la Federación es fundamental para conformar una posición de fuerza que luche por algo diferente.
Publicada el 4 de noviembre de 2022 para Cannabica Argentina https://cannabicaargentina.com/